2008
De acuerdo con información de las autoridades del vecino país, Wílber Alirio Varela, conocido en los círculos mafiosos como 'Jabón', fue sepultado el miércoles en Mérida junto con su escolta Antonio Pérez Chacón, luego de que el 30 de enero fueran abatidos, al parecer por miembros de su propia organización criminal.
De este modo, y tras la captura hace cuatro meses de Diego Montoya Sánchez, alias Don Diego, se cierra un siniestro capítulo en la historia del narcotráfico en el Valle del Cauca. El otro eslabón de esta misma organización, Juan Carlos Ramírez Abadía, alias Chupeta, había sido capturado el año pasado en Brasil. Los promotores de esta misma red de mafiosos murieron en prisión en los años 90.
A mediados de los años 70, en esta región del país se constituyeron dos organizaciones dedicadas al narcotráfico, de accionar paralelo: el cartel de Cali, conformado por los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, hoy presos en una cárcel de Estados Unidos, y por los capos José Santacruz Londoño y Hélmer ‘Pacho” Herrera, quienes se entregaron a la Policía entre 1995 y 1996. El primero logró evadirse y fue asesinado meses después en Medellín y el segundo corrió la misma suerte en la cárcel de máxima seguridad de Palmira.
En cuanto a los narcos del cartel del norte del Valle, los precursores y jefes máximos fueron Orlando Henao Montoya e Iván Urdinola Grajales. Ambos murieron en prisión en los años 90. El primero asesinado por un hermano medio de Hélmer Herrera en Bogotá y el segundo, al parecer envenenado. Ambos asesinatos obedecieron a cobros de cuentas dentro de la organización. Sin embargo, desde antes de su muerte ya tenían sus propios reemplazos.
El narcoimperio del norte del Valle vio surgir otro grupo de mafiosos, como Henry Loaiza, alias El Alacrán, hoy preso en Cali; Víctor Patiño Fómeque, extraditado a Estados Unidos; Carlos José Robayo, alias Guacamayo, hombre de confianza de Don Diego, también preso en una cárcel norteamericana, y Luis Hernando Gómez Bustamante, alias Rasguño, capturado en Cuba en 2004, repatriado a Colombia y luego extraditado a Estados Unidos. Junto a ellos, los nuevos capos: Diego León Montoya Sánchez y Wílber Alirio Varela.
Historia criminal
La muerte de Jabón , Detergente o el Negro, como se conocía a Wílber Alirio Varela, ocurrió en un complejo turístico de Mérida (Venezuela), donde también se encontró sin vida Antonio Pérez Chacón, su lugarteniente. El capo apareció identificado como Wéimar Pérez Aramburu, pero luego de disipar las dudas, las autoridades colombianas y venezolanas lograron establecer la verdadera identidad del capo que se enfrentó a Don Diego, provocando más de 1.000 muertos entre sus bandos.
La turbulenta vida de Jabón fue revelada por El Espectador el 25 de abril de 2004, donde se narró con lujo de detalles la historia del hombre que al final de su vida pretendió pasar como un simple ciudadano venezolano. Nacido el 6 de noviembre de 1957 en Roldanillo (Valle), de la unión de Absalón García y Olga Varela, el capo fue considerado por las autoridades colombianas como ‘un camaleón’, pues en muchas oportunidades logró evadir los cercos de la Policía utilizando identidades falsas y mimetizándose en lugares inverosímiles.
Este ex sargento de la Policía no llevó una vida tranquila. En sus inicios como delincuente, a comienzos de la década de los 80, pasó de ser un simple ‘halador’ de carros a sicario experimentado del clan de los hermanos Rodríguez Orejuela, con quienes empezó a exportar a los Estados Unidos pequeñas cantidades de cocaína. Pero con la captura de estos dos últimos, Jabón creó una sociedad con José Orlando Henao Montoya e Iván Urdinola, para quedarse con el negocio, lo que llevó a los Rodríguez a atentar contra su vida el 14 de marzo del 98.
A partir de este atentado, Varela comenzó a pasar cuentas de cobro y el primero que cayó fue Hélmer Herrera, cuarto hombre en la cadena de mando del cartel de Cali, ultimado el 5 de noviembre del mismo año. El asesinato de Herrera dejó entrever que la hegemonía del clan de los Rodríguez Orejuela estaba en el ocaso. Sin embargo, éstos últimos asumieron venganza y ordenaron la muerte de Henao Montoya, socio de Varela, asesinado el 13 de noviembre de 1998 en el pabellón de máxima seguridad de la cárcel Modelo de Bogotá.
Y fue Troya. Varela, quien era el jefe de sicarios de Iván Urdinola, se convirtió en el enemigo numero uno de los jefes del cartel de Cali, y con la muerte de Urdinola, el 24 de febrero de 2002, tomó las riendas del negocio, dando inicio a la visceral guerra entre los carteles de Don Diego y Rasguño contra el imperio de Varela. Una guerra que incluso se trasladó a la internet, mientras que sus ejércitos se ejecutaban en las calles de Cali y los municipios de El Dovio, Roldanillo y Zarzal, en el norte del Valle.
En este escenario apareció el sitio www.denunciapublica.net, que contenía acusaciones contra Don Diego, incluido en su momento por la FBI en la lista de los criminales más buscados del mundo. Al mismo tiempo, la página www.lapruebainminente.8m.net, denominada “Peporva” (Perseguidos por Varela), contenía denuncias sobre las actividades ilegales de Jabón, también incluido en la lista de los narcotraficantes más buscados por EU.
El pedido de extradición
Pero esas no fueron las últimas batallas del narcotraficante. El único miembro del cartel del norte del Valle que se encontraba libre debió camuflarse durante los últimos ocho años, debido una solicitud de extradición de una corte federal de Estados Unidos. Por su captura se ofrecía una recompensa de US$ 5 millones.
Es por eso que en mayo de 2004, Varela, al igual que otros capos, fue incluido por el Departamento del Tesoro de ese país en la llamada lista Clinton, congelando con ello los más de 1.200 negocios que el traficante de drogas tenía en Aruba, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Perú, España, Venezuela, Bahamas, Islas Vírgenes Británicas e Islas Caimán.
Pero no fueron las únicas sindicaciones y acusaciones que Varela tuvo en su vida como delincuente. Las autoridades colombianas lo sindicaron, en su momento, de usar la fuerza de grupos paramilitares, a los que se pretendió unir con el fin de evitar la extradición. Un propósito que no logró consolidar, a pesar de que desde hace dos años llevó al Putumayo parte de su ejército privado, conocido como Los Rasguños, queriendo ocupar el espacio que dejó el Bloque Central Bolívar e insistir en que era un paramilitar.
Con su muerte se cierra un oscuro capítulo de narcotráfico y violencia que, lejos de desaparecer, abrirá la cortina para que los herederos de Varela reciclen su accionar ilegal.
Los sucesores
Luego del asesinato de ‘Jabón’ en Mérida (Venezuela), las autoridades creen que este espacio será heredado por los hermanos Víctor y Miguel Ángel Mejía Múnera, ‘Los Mellizos’.
Según fuentes policiales, estos dos hombres se habrían quedado con las rutas del narcotráfico que varios jefes paramilitares desmovilizados, como Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’, tenían en el Eje Cafetero, el Valle del Cauca y los departamentos de Magdalena, Sucre, Bolívar y Córdoba.
Los dos narcotraficantes, que le compraron a las Auc la franquicia del Bloque Vencedores de Arauca hace varios años para tratar de burlar la mano de la justicia, terminaron al mando de la banda emergente ‘Los Nevados’. Hoy, la captura de estos zares de la cocaína solicitados en extradición se ha convertido en la obsesión de las autoridades.
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